miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Reciben los bebés suficientes abrazos? EL MARASMO

Fuente: http://www.paraelbebe.net/

Los científicos saben bien que todas las crías de mamíferos necesitan un mínimo de contacto para lograr un desarrollo normal. Los cachorros necesitan ser lamidos, o tocados en el caso de los primates, para alcanzar una madurez adecuada. Se han hecho experimentos con roedores y con monos a los que se les privaba de contacto físico, únicamente recibían alimento, y al crecer se convertían invariablemente en adultos anómalos, incapaces de socializarse de manera adecuada ni de cuidar de forma eficiente a sus propias crías. (De hecho, en francés existe la expresión `un oso mal lamido´ para referirse a alguien insociable o de trato difícil.)

Por desgracia este experimento se hizo también con humanos: el emperador Federico II ordenó que varios bebés fuesen aislados y recibiesen tan sólo alimento y cobijo de sus cuidadoras, prohibiendo que les dirigiesen la palabra o cualquier muestra afectiva, con el fin de averiguar en qué idioma hablarían primero. Todos murieron.

También a comienzos del siglo veinte, el pediatra americano Fritz Talbot, alarmado por la elevada mortalidad de los menores de 2 años en clínicas y orfanatos, donde teóricamente los bebés disponían de cobijo y alimento, viajó a una clínica alemana donde los niños diagnosticados con marasmo ( enfermedad de origen desconocido que se caracterizaba por pérdida de peso, abatimiento y desgana entre otros síntomas, y que acababa con la vida de un alto porcentaje de ellos) lograban sobrevivir. Allí halló a una mujer, Anna, corpulenta y ya mayor, que acarreaba permanentemente unos cuantos pequeñuelos. Cuando los niños perdían las ganas de vivir y comenzaba este proceso, Anna los llevaba en contacto con ella a todas horas, contraviniendo las normas que imperaban en la época que decían que a los niños debían cogerles lo mínimo necesario para su higiene y alimentación para que no se echaran a perder.Los niños de Anna sobrevivían siempre, y Fritz talbot quedó tan impactado que a partir de entonces se dedicó a difundir la idea de `atención amorosa´.

Más recientemente, el New York Times ha publicado un artículo sobre el papel crítico del contacto en el desarrollo infantil en el que se menciona `el estancamiento psicológico y físico de niños privados de contacto físico aunque por lo demás bien alimentados y cuidados´ (Goleman, 1988).
La cuestión es ¿reciben los niños occidentales el suficiente contacto físico para completar su desarrollo de forma satisfactoria? ¿Cuánto contacto exactamente se necesita para crecer sano emocional y afectivamente?. No lo sabemos, lo que sí sabemos es que en nuestra civilización desde hace unos cien años se hacen las cosas de manera muy diferente con los bebés a como se ha hecho siempre. Pertenecemos a una de las pocas culturas del mundo donde en la actualidad lo general es que los niños duerman solos, incluso en habitaciones separadas desde la más temprana edad. Donde muchos bebés van de la cuna al carrito y del carrito a la hamaca durante meses con el fin de que no se acostumbren a ser cogidos. Cuando damos un paseo de tres horas llevando al bebé en un carro, aunque nos parezca que hemos pasado la tarde con él, podemos tener por seguro que la sensación del bebé ha sido de no-mamá durante todo ese tiempo. Algunos además, pasan más de ocho horas al día en guarderías donde existe una cuidadora por cada ocho niños.


(contacto físico permanentem frente a frías cunas)


En España, los índices de lactancia, un modo de alimentación que asegura un saludable contacto `piel a piel´, son todavía muy inferiores a los de otros países, y algunos `expertos´ de gran difusión aseguran que lo mejor es ignorar sus llantos cuando los bebés, como inteligentes mamíferos cuyo instinto les dice lo que necesitan, luchan para cambiar eso. Parece que se está haciendo con los niños un gran experimento de resultados inciertos.

Cuando una mamá humana tiene un hijo, montones de expertos, familiares bienintencionados, y fabricantes de artilugios para bebés tratan de influir sobre ella utilizando todo tipo de argumentos. La mamá humana quiere a su pequeño con locura y quiere darle lo mejor, pero duda entre tanta información contradictoria, así que puede que se decida por una determinada tendencia o puede que varíe su forma de hacer las cosas en su búsqueda de la crianza óptima, y sufre mucho pensando si lo estará haciendo bien o no. Un día se fija en los animales: las gallinas, las vacas, las musarañas y las leonas, que siguen su instinto ancestral y son madres perfectas. Jamás dudan, jamás actúan de manera arbitraria o incoherente y desde luego, nunca malcrían a sus hijos consintiéndoles demasiado o alejándolos antes de que estén preparados. Su aportación de contacto físico es continua, tal y como les dicta su instinto. También del mismo modo siguen su instinto otras madres humanas en algunos sitios del planeta, donde los bebés son llevados a la espalda, duermen siempre en compañía hasta que son los suficientemente mayores para arreglárselas solos, las lactancias son prolongadas y sus llantos siempre son atendidos, tal es el caso de los ¡kung en África o de algunas tribus inuits del Norte de Canadá. En estas tribus, por cierto, los casos de cólicos son casi inexistentes y la salud emocional de sus individuos es notablemente superior a la de la media occidental.

Como conclusión parece ser que tocar, coger y abrazar a los bebés es una de las mejores cosas que se pueden hacer para garantizar su correcto desarrollo emocional y afectivo y toda una inversión para el futuro: está escrito en el instinto de cualquier mamífero saludable. Así que, como alguien decía una vez `cree en el llanto de tu hijo, abrázalo, consuélalo, tenlo cerca de ti y no le niegues ni un solo abrazo, ni una sola vez le escatimes tu contacto, porque para un bebé pequeñito el ansia de ser cogido puede ser tan acuciante como la necesidad de comer ´.

Natalia Suárez Acero
Farmacéutica. Especialista en nutrición infantil.
Instructora de Masaje infantil de Asociación Española de Masaje Infantil
http://www.centrotea.com/
El marasmo
El marasmo, es una enfermedad defectiva-emocional, que afecta a los niños que están imposibilitados de entablar una relación objetal, en caso de no ser tomado a tiempo (poder retomar la función materno-afectiva) el niño muere, esto sucede después de un periodo progresivo de deterioro psico-físico, en donde el niño deposita toda su agresividad en sí mismo, al no poder colocarla afuera.
Veamos como a partir del siglo 18 se empieza a hablar de niños con desaferentación social. Se reconoce el termino aferencia, como aquellos estímulos que provienen del exterior y que le permiten al niño la organización de la personalidad. Los problemas planteados por estos niños están dados por la carencia de afectos y de aferencias sociales y sensoriales, con un compromiso del comportamiento y de regresiones esfinterianas.
Así lo comprobó Federico II emperador (1195-1256), cuando realizo una experiencia poniendo al cuidado de 30 niños algunas criadas, ordenándoles que no hablasen con ellos, ni los estimulen afectivamente, al no poder vivir sin los afectos la gran mayoría no llegaron a vivir 3 años y murieron sin la adquisición del habla.
A fines del siglo pasado y principio de este, se incorporaron nuevos conceptos, unos hablaban de la influencia de los factores psicológicos en trastornos de niños hospitalizados, denominándolos niños atróficos, y otorgándole el termino "hospitalismo" a la falta de cuidados maternos. Freud los define como niños sin familia. Bowlby en 1951, habla de que la privación prolongada de cuidados maternos como desencadenante fundamental del delincuente. Davis es el que llega a la conclusión que dicha enfermedad no es demostrativa en niños mayores de 2 años. Así podemos presenciar, los trastornos de carencia afectiva.
Privar al infante, en el primer año de vida, de las relaciones de objeto es un factor dañino de importancia que lleva grandes perturbaciones emocionales. Cuando privamos a los infantes de sus relaciones con las madres sin ofrecerles un sustituto adecuado, que el niño pueda aceptar, le privamos de suministros libidinales. En el caso de "Privación parcial", obtienen ese suministro insuficientemente, la incoherencia de las actitudes de los padres desorganiza la regulación del tono y no le permite al niño crearse actitudes de orientación estable, lo que lleva a la inseguridad, fuente de angustia, de inhibición, de timidez, o de oposición.
La turbación postural y el bloqueo tónico con manifestaciones de malestar, de ansiedad y miedo, son provocadas por los cambios bruscos y repetidos en el marco de la vida y el carácter impersonal y neutro de los cuidadores recibidos. Por otro lado la privación de los intercambios afectivos personalizados reduce las posibilidades para desarrollar sus expresiones mímicas, sus actitudes de comunicación, la comprensión de situaciones y la conciencia por consiguiente, que podría adquirir de sí mismo y de los otros. Así podemos observar como las consecuencias pueden ser graves para el conjunto del desarrollo funcional.
Aquí nombramos algunas de las características del lactante en los primeros tres meses de vida, sometido a una "Privación emocional parcial":
1° mes: son llorones, exigentes" 2° mes: se cambia el llanto por chillidos, pierden peso y hay estacionamiento del desarrollo." 3° mes: hay rechazo de contacto, tienen la posición de boca abajo en la cama, insomnio, siguen perdiendo peso, tienden a contraer enfermedades, retraso motor, y rigidez de expresión facial.
Después del tercer mes se fija la rigidez facial, ya no lloran y se manifiestan mediante gemidos extraños, si en este periodo hasta el quinto mes se restituye la función materna, se revierte la situación emocional del niño.A la privación emocional parcial se la denomina Depresión Anaclítica, y para que esta se produzca es necesario que el niño haya tenido buenas relaciones con la madre anteriormente.
Cuando hay una carencia total afectiva, estamos hablando de "Trastornos de privación emocional completa.", Por ejemplo, los niños que son entregados a un orfanato, que son puestos a los cuidados de niñeras (previo destete), que atienden a 10 niños a la vez dándole solo los cuidados básicos (higiene y alimento), sobrevino primero una depresión anaclítica y después del tercer mes se acentuó el retraso motor, la pasividad total, el rostro sin expresión, sin coordinación ocular, el nivel mental del 45% de la capacidad normal.
El retraso motor les imposibilita darse vuelta en la cama, los que llegan a alrededor de los tres o cuatro años, no hablan, no se pueden poner de pie y generalmente no caminan.
El porcentaje de mortalidad es alto, el deterioro es progresivo en proporción a la cantidad de tiempo de carencia, detiene el desarrollo de la personalidad, por no tener relaciones objetales (relación con el otro, primeramente con su madre) el niño no puede descargar los impulsos agresivos y los deposita en sí mismo (no asimila la comida) se ven situaciones autoagresivas.
Spitz hace un estudio comparativo entre los niños de un orfanato, y los nacidos en una cárcel de mujeres, la característica fundamental fue que los niños cuyas madres eran reclusas tenían dificultades parciales afectivas, sin llegar al marasmo que podían ser revertido por la situación de contacto con la madre, no así con los niños del orfelinato que sufrían una atención despersonalizada y con los requerimientos básicos.
La situación más critica en el niño se da entre los 8-18 meses, en la fase de la organización de los impulsos y su dominio bajo el gobierno del yo por medio de reacciones objetales, es el mas critico y vulnerable desde el punto de vista de la perdida del objeto. No olvidemos que la naturaleza de las instituciones culturales establece los limites en que pueda desarrollarse las relaciones objetales.
A su vez, las relaciones adultas determinaran la naturaleza de las actitudes y de las instituciones culturales que regulan toda relación interpersonal, entre otras la relación madre-hijo. Esto lleva a establecer un proceso social circular. En nuestra sociedad occidental esta sometida cambios relativamente bruscos de las condiciones sociales como consecuencia de modificaciones económicas, ideológicas, etc. Estas transformaciones impuestas arbitrariamente, varían el cuadro de relaciones madre-hijo. A lo largo de los últimos tres siglos sufrimos la decadencia de la autoridad patriarcal y la deserción materna (la consecuencia de la industrialización de la producción, con su ideología correspondiente, que implica la separación de la madre de su familia, obligándola a trabajar en la fábrica.), que al combinarse, han traído la rápida descomposición de la familia de nuestra sociedad occidental.Este tema nos indica que los desordenes en la formación de las primeras relaciones objetales tiene probablemente como consecuencias trastornos graves en la capacidad de crear una personalidad en el adolescente y en el adulto.
Más adelante estos enfermos serán incapaces de alcanzar relaciones que nunca tuvieron, o de establecer una relación en un plano mas elevado, como el de la identificación, porque nunca supieron crear la relación más elemental, la relación con el objeto, con la madre.Privados del alimento afectivo al que tenían derecho, solo podrán recurrir al único camino que les queda, a la violencia, a la destrucción del orden social que son victimas, a destruirse ellos mismos. De lactantes sin cariño se convertirán en adultos llenos de odio.
Fuente(s):
http://www.barriodeflores.com.ar/notas/m...

1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buen contenido, muchas gracias...